Era un armario desbordado. Mucha ropa útil sin utilizar, mucha por dar, papeles mezclados con maletas, accesorios invisibles por estar sepultados unos debajo de otros, bolsos de playa con bolsos de viaje...¡puro caos!

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El proyecto duró varios días porque eran varios armarios, había muchas categorías y todas mezcladas.

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El resultado: un mercadillo que alegró y llenó los armarios de mucha gente, orden y equilibrio en el dormitorio y para su propietaria y un enorme ahorro por reutilización de muchas prendas olvidadas.